viernes, 30 de marzo de 2012

El Pentágono quiere controlar remotamente la mente de los soldados

Una noticia de hace algún tiempo, pero capaz de marcar el desarrollo de los BCI: El Pentágono quiere controlar remotamente la mente de los soldados, desde las áreas que regulan el estado de alerta y la cognición al tratamiento del dolor y el bienestar psiquiátricos. Y los científicos quieren hacerlo desde fuera - con un aparato instalado en el interior del casco de las tropas usando ultrasonidos.
El dispositivo de ultrasonidos es capaz de estimular muchos miles de circuitos neuronales desde el exterior, además de centrarse en zonas del cerebro extremadamente específicas, de un tamaño de entre dos o tres milímetros. El prototipo desarrollado presenta un tamaño lo suficientemente pequeño como para que pueda ser colocado en el interior de un casco de militar típico. Para acceder a las partes profundas del cerebro con una resolución espacial extremadamente específica han sido logradas gracias al ultrasonido. Utilizando un microcontrolador, el ultrasonido podría estimular distintas partes del cerebro para aumentar la alerta y las capacidades cognitivas de los soldados, pero también para aliviar el estrés o el dolor que éstos puedan estar sufriendo. Asimismo, este sistema podría proteger a los militares de sufrir traumas cerebrales. En este sentido, lo peor de una lesión cerebral no es la lesión inicial sino el daño metabólico y la hinchazón que se producen horas después del trauma. Si se pudiera aplicar, en el momento inicial, una intervención inmediata dirigida y remota (con el ultrasonido), se podría frenar el daño que a largo plazo ocasionan los traumas en el cerebro. Como se puede ver esta es otra forma de actuar sobre el cerebro gracias a una interfaz que lo conecta con el exterior en el momento necesario.
La Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA) invierte mucho dinero en proyectos de investigación que mejoren la efectividad de las tropas y entre estos se hallan los de neurociencia. Dos métodos de Interfaz Cerebro Máquina (BCI) usados hasta la fecha no resultan adecuados para su propósito. De un lado la estimulación cerebral profunda (DBS) que se usa experimentalmente en la enfermedad de Parkinson requiere la implantación de electrodos intracraneales. Por otro lado, la estimulación transcraneal magnética (TMS),utilizada para tratar depresiones resistentes a los medicamentos y otros trastornos presenta una baja resolución espacial, de aproximadamente un centímetro, por lo que no puede estimular los circuitos neuronales más profundos, donde residen muchos de estos trastornos. El uso de ultrasonidos en el presente proyecto ha demostrado que la resolución espacial es cinco veces mayor que la TMS y llega a áreas profundas del cerebro. El proyecto investiga también otros métodos de estimulación y la posibilidad de que artilugios reducidos quepan en el casco de los soldados.
El campo de la guerra ha proporcionado a lo largo de la historia un impulso tecnólogico en las naciones en las que se tiene un alto índice de inversión de investigación, desarrollo e innovación así como una importante parte de su presupuesto destinado a la guerra. Por tanto esto podría proporcionar avances en otros àmbitos de las BCI debido a la doble funcionalidad que se suele producir en estos dispositivos militares,a pesar de que concentraría estos en los países más desarrollados y con más recursos económicos, y el resto dependerían de ellos para su uso. Como se puede ver los BCI podrían cambiar incluso el desarrollo de la guerra moderna usando estos para mejorar las respuestas de tropas a ciertas órdenes, situaciones y palabras, así un soldado solo tendría que pensar en un comando para que de inmediato se difundiese a sus tropas. Pero también hay importantes implicaciones éticas que se deben considerar en las que influyen lavado del cerebro y control mental. Pudiendo haber una relación complicada entre los investigadores y los organismos de defensa nacional que los financian.

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